Territorio bélico
qué escalera suspendida de alfileres sobre la proa de mi muslo allí
qué pájaro, qué territorio bélico
la palabra cuerpo antepone al tacto
este precario ver de seis letras
anterior al dolor y al goce, los muele, los determina puro combate, ocupa el lugar de una ausencia:
vacío palimpsesto de grafos cromosomas (supone) dispone
clínica y tardía: esto, la cosa, la máquina celular no es el cuerpo
tampoco este tanteo
conversa esa experiencia, pozo del yo
encerrado y solo en los sentidos, confín del otro mediado aún en lo más próximo, atado
a la interpretación de tantas maneras
hablado y escrito: enigma vaciado en la definición
si desbordara, si pudiera escapar desatarse de la comprensión, ser lo que es
escribir decir
el cuerpo
La destrucción
me voy de esta camisa
de esta mesa me voy
como un lagarto hacia las piedras
¿qué significan
las cosas de la casa?
civil
izada en mis tobillos no estoy a salvo
ni en mis sandalias cómodas de andar por ahí
entre nombres y cosas a su manera mudos
la destrucción arrecia en el orden de la casa a mis cosas, esta tarde
no las disuelve la violencia ni el estómago del tiempo
la destrucción funde a negro como el the end de un cine objetos que se apagan
Medicinas amargas
atado a la cama se licúa el cuerpo desnudo
la piel es un trapo mojado sobre los huesos y el vientre una ampolla que anega la boca
leche cuajada, puré
en la acidez de esa lengua
la hija trajina medicinas amargas solo puede mezclar y moler
ser molida en la palabra sin remedio que acabará por ahogarla algún día no hay tamiz para eso
atada en el agua, ninguna maldad
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